viernes, 8 de agosto de 2008

Me mandaron una carta por el correo temprano

EN DEFENSA DEL CENTRO CULTURAL RECOLETA

El Centro Cultural Recoleta es una institución esencial de Buenos Aires, que se ha ido construyendo con la participación activa de los ciudadanos, artistas y todos los demás actores que impulsan la febril actividad cultural de la ciudad.
Eso fue posible porque a lo largo de muchos años los directores que lo condujeron supieron asumir y comprender que existía un objetivo común entre la gestión pública, el acto creativo y la integración con la comunidad. Esa continuidad de objetivos y protagonistas hizo que el CCR se haya consolidado como un espacio de referencia nacional e internacional.
Con el paso de los años, el CCR fue profesionalizando sus equipos de trabajo, de manera tal de poder ir dando respuestas a las diversas y más actuales exigencias de las diferentes manifestaciones artísticas contemporáneas. Han pasado por él los artistas más reconocidos de la escena nacional e internacional, tanto en artes visuales como en artes escénicas, música, cine, video, literatura, danza, cursos y todas las disciplinas artísticas actuales.
Hoy debemos poner de manifiesto nuestra preocupación por el futuro de esta institución, en manos de gestores que desconocen y tienden a arrasar de manera irresponsable su historia, su cultura institucional, su personal, su estructura organizativa y todo lo que representa, tanto para la ciudad como para los artistas.
En tal sentido, denunciamos que:
Se está desmantelando la estructura que sostiene su normal funcionamiento bastardeando el organigrama del CCR. La actual Dirección General toma a su cargo áreas que estaban a cargo de jefes de departamento y direcciones específicas, dejando sin autoridad a jefes y directores, destruyendo la cadena de jerarquías y la organización de la institución, donde trabajan 200 empleados de la ciudad.
La arbitrariedad, autoritarismo, maltrato y prepotencia permanente por parte de la actual Dirección, ha generado que emigre del Centro Cultural Recoleta el personal más formado del mismo, desmantelándose de esta manera los equipos de trabajo que con gran esfuerzo se fueron gestando en el CCR a lo largo de los años y que permitieron mantener una política de continuidad en la institución.
Espacios como el archivo digital, recurso histórico de registro e investigación que fue un logro para el CCR, hoy está en manos de una sola empleada y totalmente devaluado en su función.
El espacio literario, unánimemente celebrado al momento de su creación, ya no existe.
El Cedip, otro de los espacios de investigación cuya creación demandó un esfuerzo enorme de la institución, y que ha contado con invalorables aportes de teóricos y artistas para contribuir a su consolidación y sostén, se encuentra hoy en una situación de anomia y desinterés por parte de las autoridades.
Se trata lisa y llanamente de una estrategia de acumulación de poder en una persona, siendo que una institución como el CCR, necesita, por el contrario, fortalecer la diversidad en sus distintos niveles de gestión. O bien de un principio de un vaciamiento, que empieza por el embate contra el personal, para avanzar posteriormente contra el espíritu mismo del CCR, a sus políticas generales y contenidos, apelando a una mezcolanza de argumentos populistas, bajo la aparente preocupación por diseñar el Centro según un sesgo menos 'elitista' aspecto que jamás ha sostenido.
Esta falacia oculta intencionadamente el hecho de que el CCR es un espacio naturalmente democrático e igualitario, que siempre ha exhibido una marcada vocación por la mayor apertura posible, puesta ahora en duda, de mala fe, por funcionarios improvisados, ensayando convocatorias carnavalescas que sólo generan confusión, impunidad y maltrato, con el argumento falaz de 'abrir el centro para todos'.
Por ejemplo, se proponen y celebran desde la institución experiencias como 'Recoleta Comparte', basada en otorgar paredes por orden de llegada, ¿Es eso una propuesta cultural? Que se le está ofreciendo a la comunidad?
El CCR debe, entre sus funciones, legitimar con su aval de profesionalidad todas las actividades que en él se realizan. En la historia del CCR, muchas veces se han caído exposiciones y nunca se realizó una propuesta cuya selección previa dependiera de una suerte de azaroso voluntarismo salvaje disfrazado de apertura democrática, ya que el CCR resguardó siempre la calidad de lo que se exhibía, dando a la vez oportunidades a emergentes y consagrados.
Reiteramos nuestra preocupación al ver cómo día a día se va devastando un espacio que nos ha llenado de orgullo, para verlo transformado en un coto de inoperancia y de ruina cultural que va mas allá de lo ideológico porque termina sosteniéndose desde un autoritarismo vacío de contenidos.
Por todo esto hacemos un crítico llamado de atención a toda la comunidad cultural y artística de la Ciudad en resguardo y defensa de la mayor institución cultural de Buenos Aires.

AQUELLOS QUE APOYEN LA DEFENSA DEL CENTRO CULTURAL RECOLETA; ENVIEN SU ADHESIÓN REENVIANDO ESTA CARTA FIRMADA A:
defendamosrecoleta@ gmail.com
Y REENVIEN ESTA CARTA A QUIENES UDS. CONSIDEREN.

1 comentario:

  1. Está pasando exactamente lo mismo en cada dependencia del gobierno de la ciudad. Llenan de tarados "proactivos" (¿alguien proactivo, no es por definición, alguien garca?) en puestos políticos que invaden territorio de gente de planta, sin tener la mínima idea de lo que se hace en esa dependencia. Me contaba una amiga, que en un a secretaría de la ciudad, llegó una rubiecita de San Andrés, que pidió al personal que aumentara la productividad. Ante la respuesta: Acá no producimos nada, se quedó paralizada. La ciudad no es una empresa, y esto empieza a hacerles ruido (que no es de cacerolas)

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