viernes, 26 de febrero de 2010

El tipo


El tipo entró, erguido sobre su metro sesenta y cinco y le pagó la entrada a la chica de la boletería. Caminó lentamente, agradeciendo con sonrisas algunos saludos que le hacían desde las mesas. El traje verde botella contrastaba con la blancura de la piel. La luz impiadosa de la cancha mostraba marcas del doblez de la percha en el pantalón que no lo afectaban, el teñido de negro en los rulos largos tampoco. Se acercó aparatosamente a una de ellas y se abrazó con otro .
- ¡Feliz cumpleaños , Oscar querido ! le dijo el de la mesa.
- ¿Quién diría no? Ya sesenta y cuatro años de la elección de febrero del 46.
Todos sabían que había nacido en el día de la primera victoria del General.
Recorrió con la vista las mesas de las mujeres solas, mientras sonaba uno de Troilo.
Se cruzó con una mirada que le hizo recordar la del retrato de su infancia en la cocina, cuando le contaban de la pelota que le había regalado cuando tenía casi dos años, en la Navidad del 47.Siempre le había gustado la cara y el peinado. Incluso en su olvidado primer conchabo como aprendíz antes de la colimba, recordaba que cuando asistía a algunas reuniones para que le hablaran del General, los muchachos del Lobo andaban con un afiche que era el mismo retrato.
La mirada, la frente y la nariz.
Por eso, aunque estaba en la otra punta de la pista, siguió avanzando, saludando a los amigotes haciendo tiempo para hacerse ver. Hasta que quedó a la distancia justa.
Ahí , le cabeceó.

lunes, 22 de febrero de 2010

Sunderland.

Cuando entro , camino por el pasillo hasta donde está la cortina. Una piba cobra los cuarenta mangos de la entrada para mí y la dama. Me piden que aguarde a un costado para conseguirte ubicación. Parado, veo pasar ladeados como malevos a los mozos con la milanesa con fritas o el pollo con papas al horno. En la cancha de básket , prolijas, las mesas esperan a ser llenadas mientras en el centro de la pista una pareja baila un tango del cuarenta. Gomería Altolaguirre, Propiedades Ibarra, Cerrajería Urquiza. Los carteles arriba de los tableros, la luz cruda de cancha para un partido de esos que no salen en ningún diario. Hay parejas vestidas a la antigua,el tipo con el cinturón a la altura del ombigo ,comiendo mientras esperan que la noche se ponga movida. Llegan algunos jóvenes, pero la mayoría está arriba de los cincuentaylargos. Ellas se sientan, abren la bolsita y se ponen los de taco, dejando a un lado zapatos,sandalias,zapatillas y hasta alguna ojota. Ellos vienen de zapatos y algunos si, se los cambian por los de cuero de dos colores y suela de suela, para que deslice. Cinco tangos y tanda , así se repite una y otra vez y avanza la noche . Ahora son como cincuenta las parejas que dan vueltas, a riguroso antihorario circular. Miro a los tipos. Algunos llevan a su pareja con aire de mando y mano sabia, otros arrastran los piés. Un veterano lleva con gracia increíble a una joven que le saca un generos medio metro de altura. Spray.Los parlantes, saturados de graves,machacan cantantes que me resultan absolutamente desconocidos. Cinco tangos y tanda ,ahora son más de sesenta las parejas. Se notan los que bailan tango milonga y los que aprendieron en escuela,paso corto por falta de lugar y paso largo y lento.Pensado.
La cabeceada para interrogar. Los códigos de la danza ciudadana.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Inundados,Trenchtown, favela da marea !

Esas cosas normales que te pasan cuando el viernes a las cinco de la tarde cerrás el cajón del escritorio, apagás la computadora,verificás la lista de pendientes que dejas por las dudas al jefe para que esté informado del estado del avance de la gestión ( no para que haga algo) y te las tomás de vacaciones. Te pasa que creés que volverás y encontrarás algo mejorado, porque estás descansado, tomaste sol, vinito, playa. Hiciste y comiste asaditos.Leíste como hacía años no lo hacías. Tomaste toda la caipirinha posible.Te fué bien con tu compañer@ y tuviste buena cama en las vacaciones. Te sentís renovado. Miraste la vía láctea y te acordaste de algún poema de noches estrelladas. Cosas que te conectan con la esperanza y con las ganas de renovar.
Buenísimas las vacaciones.

Necesarias para remar otro añito, pibe.