viernes, 28 de enero de 2011

Se acabó lo que se daba

Manuelita vivía en Pehuajó.

Cuando salí del avión en el aeropuerto internacional Chávez, en El Callao, el olor del aire salado del Pacífico me hizo sentir que no estaba en casa.
Un rápido viaje de dieciocho kilómetros hasta Miraflores, al hostal donde pasaríamos la primer noche, permitió una primaria aproximación a Lima nocturna. Un tránsito endemoniado, giros a la izquierda en avenidas de doble mano, nudos que se arman y desarman a toda velocidad y mucha bocina. Nueve millones de habitantes.
Dos días para husmear una ciudad , visitar el museo del oro con la exposición de la cultura mochica y de la Catedral con las exposiciones del arte cusqueño.
El Real Felipe, terminado de construir en 1771, una visita impostergable para cualquier lector de novelas de piratas con el Corsario Negro o el más real Francis Drake que asoló El Callao en 1579.

Vamos a ver como es

No es el mundo del revés pero es muy distinto a lo que uno imagina. Ica, Chincha , Palpa. Ciudades con barrios que tienen todas sus casas sin revocar dan la sensación de una cosa sin terminar. Llueve poco. Peru tiene una franja desértica en toda su costa, que tiene un promedio de unos doscientos kilómetros de ancho- desierto de roca, duro, seco y enormemente árido- que hace que muchas de sus ciudades tengan ese aspecto.
La impresión que provoca un lugar como el valle de Colca, con los andenes pre incaicos de cultivo, cultura Cabana y Collagua es muy fuerte. Uno leyó sobre el cultivo comunitario, pero ver la poderosa geografía con la que esos pueblos negocian hace miles de años hace comprender la relación con la Pachamama. Es una tierra generosa pero que exige trabajo y cuidado permanente. No es gratis.
El cañón del Colca es el tercero más grande del mundo con alturas de hasta 4500 metros entre el valle y el pico de montaña con una extensión de 100 kilómetros. Un cóndor que, avistado desde los 4000 metros, lo sobrevuela a uno a unos diez metros de altura.

Estamos invitados

A comer. Acercarse a la cocina peruana, monumental y exquisita, en su versión autóctonta con los productos reales. Ocopa arequipeña con salsa de huacatay. Ceviche de todos los colores, en cualquier lugar , rico, con chiles rojos o amarillos. Barato, uno come un menú en cualquier mercado por 5 soles – 1.5 dólar- y consta de una sopa, un ceviche y una gelatina de frutas. Piña, chicha morada, maracuyá, lúcuma . Helado de chirimoya. Rocotos ( pimientos) verdes y rojos. Atun con salsa de mango. En Perú se come por 5 soles pero también hay una cocina profunda y sabrosa de alta escuela donde por 100 soles por persona, sin vino pero con un buen pisco sour, se tiene un viaje al placer gastronómico más refinado.

Perro salchicha

El Pacífico en Camaná es frío. La corriente de Humboldt hace que en playas como esa o como Mollendo o Quilca donde la gente aún cuando esté en las playas casi como en la Bristol ,no se mete y sólo veinte valientes se atreven. Yo no fui uno de esos. Los pelícanos, volando en escuadrillas de media docena son un espectáculo aparte.

Duérmete oficialmente, sin preocuparte,

que sólo algunas piedras son responsables.

Arequipa. Un centro histórico construido en sillar-piedra volcánica blanca- iglesias , conventos.Es la segunda ciudad del Perú , con un millón de habitantes. Cuna de Vargas Llosa y una universidad importante. Turistas y gente haciendo trámites en los juzgados. Gente que camina todo el tiempo, ya que el transporte público casi no existe. Sólo taxis con los que se negocia el valor de la”carrera”, ya que en Perú no existe la tarifa medida.

María Elena.
Porque se llamaba como mi madre y murió también un 10 de enero hace ya lejanísimos 39 años cuando perdí la infancia.
Perú fue un choque con Las Venas Abiertas, con la historia de la conquista, con los incas, con nuestra América que es tan igual entre sí y a la que nosotros los porteños nos parecemos tan poco.
A vivir, que este año promete ser más que interesante.