miércoles, 16 de septiembre de 2015

Manifiesto del Encuentro, una forma de intervención


El 1 de septiembre me invitaron a acercarme al Ministerio de Educación , donde en el espacio "Otra Televisión es posible" los trabajadores del canal Encuentro y Pakapaka presentaban su código de autorregulación como el Manifiesto.

Confieso me resultó atrayente lo del Manifiesto.
Es una palabra que circula en los bordes del sentido.Dice de lo que está dicho o lo que se publica, expone un contenido y es una declaración.
Por supuesto el más famoso de los Manifiestos es al que remite desde la política, pero también es , en el arte , una declaración de intención, un discurso de arte con una circulación política, es "literatura de combate " dice Carlos Mangone en un viejo texto de los años 90.
Desde lo político , me impactó que como corolario de una década de intervención cultural a partir de la señal Encuentro, sus trabajadores optaran por una presentación que "planta bandera"  y propone un lugar desde donde verse, justificar la práctica actual y proponer ejes de una intervención futura antes que una presentación convencional que refiriera a las "buenas prácticas " esperables de un colectivo de empleados públicos dedicados a la cultura como espacio de acción y responsabilidad.
Sus 20 puntos recorren realidades y reconocen problemas, desde su área de pertenencia del Estado hasta las diferentes culturas nacionales ( " un pueblo múltiple y diverso siempre en transformación ", desde la complejidad de la industria cultural ( audiovisual en este caso que implica enormes y costosos recursos técnicos) hasta la experimentación estética, pasando por los derechos del niño y las personas con capacidades diferentes.

El canal Encuentro , que comenzó siendo una señal sólo para los abonados al cable es hoy uno de los actores que proponen una apropiación social diferente a partir de la señal de la Televisón Publica y el sistema de la TDA ( Televisión Digital Abierta ), desplegada por el INVAP para ArSat, Argentina Satelital, la empresa estatal de telecomunicaciones.
Cierra así un circulo potente donde la decisión política de un Estado que genera las condiciones científicas y técnicas que posibilitan soluciones estructurales para la circulación de contenidos por un lado y que actúa proponiendo y conduciendo la producción de contenidos por el otro, define un modelo inclusivo que recupera ciudadanía.

De eso se trata.