Hace casi veinte años, en noviembre de 1989 caía el Muro de Berlín y con el un paradigma ideológico que recorrió el mundo.
Los acontecimientos actuales en la Gran Manzana, que no es la de Bill, obligaron al Gobierno del Intervencionista Mayor - si algo no puede decirse de él es que opere emboscado- a tomar la decisión de proponer gastar una fortuna socializando las pérdidas provocadas por la especulación y comprar el ladrillo más caro de la historia para intentar evitar que se caiga su propio muro.
Ayer nuestra CFK elogió al gran país que dijo, no merece pasar por esta situación, visto que hizo su prosperidad y creció en base al trabajo duro . Trabajo duro que en la concepción originaria protestante está muy lejos de la especulación y el juego irresponsable de comisionistas que se amparan en la avaricia, la ignorancia y lo peor del capitalismo que es el concepto de dinero como mercancía.
CFK dijo que una de las suertes de el Estado norteamericano es que no iba a tener que soportar los embates de los otros opinadores, los del FMI o los del Banco Mundial que , en sus cómodas oficinas sentarían cátedra acerca de como deberá salvar su economía mientras piensan que datos pasarle a sus conocidos para que puedan armar algun otro negociado.
Habló del efecto jazz, para darle un nombre y recategorizó nuestros efectos ( arroz, tequila,tango), aunque alguien me dijo que debería haberlo nombrado como efecto trash-metal.
Más descriptivo.
Seguramente este cimbronazo no es el anticipo de la crisis final del capitalismo, pero es un terremoto que dejará huellas, heridas ,cicatrices y bajas.
Sin hacer un análisis exhaustivo, encuentro que la oportunidad que tenemos , dentro de la amenaza estructural actual, es la de intentar defender mejor todos nuestros intereses, tanto los del país como los del conjunto de naciones en el que se inserta. Dejar de mirar y creer en los gurúes que intentan vendernos el humo.
Pero eso exige una actitud militante , comprometida con lo positivo que haga nuestro gobierno y crítica con lo negativo, con los aspectos de la gestión que puedan y deban mejorarse. Vivimos en un mundo real y el otro existe, interactúa con nosotros y no podemos pensar que los problemas se resuelven con declaraciones y con discurso solamente.
Nuestra sociedad necesita escribir su propio discurso y esa escritura es una mezcla de voz y de acción, de ideología y de praxis.
El desafío está planteado.
Excelente. Fervorosamente de acuerdo.
ResponderBorrardesgraciadamente varios mundos.. el "real", "el de los discursos" y "el financiero" ... ¿a desaparecer? la bicicleta parece que aun tiene cuerda para rato- lamentablemente
ResponderBorrarCompro! Totalmente de acuerdo. Ahora, no me gusta pensar en varios mundos. (esto implicaría aceptar varias lógicas, y creo que existe una única lógica, la del capital, que "genera" distintos contextos reginales reales, lo legitima discursiva y financieramente. Es a esa única lógica a la que hay que tratar de desenmascarar, subvertir, ideológica y prácticamente.
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