martes, 17 de diciembre de 2019

Sin consenso

Mucho ha circulado en todos lados sobre la cuestión del consenso.
Dijeron los neoliberales que los populistas no estaban dispuestos al consenso.
Dijeron que la discusión no habilita al consenso.
Dijeron que sin consenso no se llegaba a buen puerto.
¿Qué es el consenso ?

¿Es la conformidad o el acuerdo ?
¿Es discutir y llegar a un acuerdo o es estar conforme  como adhesión a un contrato cuyas cláusulas no pueden discutirse ?
¿Quién organiza y articula el diálogo y la discusión para llegar a ese acuerdo?
¿Bajo qué reglas se discute, la instalada por los medios o las parlamentarias?

¿Es obligatorio consensuar?

Decía Casullo que para pensar en forma diferente había que cambiar las palabras y los ejes , la mecánica misma del dispositivo de razonamiento, porque las palabras, las categorías y la dinámica discursiva son las de las clases que conducen la hegemonía.

La discusión sobre los derechos de exportación, mal llamados retenciones, abrió nuevamente el escenario de la falta de consenso.
No nos consultaron, sostienen los representantes del sector del capital decicado al negocio agrofinanciero.

¿Porqué deberían consultarlo un gobierno que gana porque dice y promete que hará justamente lo contrario de lo que hizo perder la elección al gobierno neoliberal ?

El impacto en las redes y en los medios de las primeras medidas, del primer golpe de timón que corrige el rumbo hecho por este gobierno nos lleva a preguntarnos si acaso la estrategia de comunicación formó parte del criterio de diseño en la política pública a desplegar, o no.

Las condiciones históricas no son las mismas que en 2008, hace once años la discusión fue novedosa y brutal entre otras cosas porque un sector concentrado del capital pudo conducir su  discurso vinculándose con La Patria, El Ser Nacional, el Campo y la baguala más todo el paquete de sentidos que viene asociado.
Nadie discute la importancia en la generación de divisas ( no así de trabajo en blanco y mano de obra) del sector,  muy importantes para el giro de la economía industrial local, es un tema para economistas y no es lo que me interesa ver a mi acá.

¿Que pasa con la sociedad civil ?
¿Cómo toma hoy, once años después ese enfrentamiento ?

Los resultados de la aplicación del paquete ideológico neoliberal están a la vista.
El período 2015-2019 sólo habla de grandes fracasos para todos los sectores económicos y sociales que no estén en el sector financiero, energía, comunicaciones y agro-negocios.
Seguramente es demasiado temprano  a una semana o más de la maniobra urgente con el timón, para contar con estudios de campo que puedan inferir ( y no medir , porque no es ciencia exacta) que es lo que le pasa a la población con las medidas del gobierno y que piensa sobre la responsabilidad social del sector que salió a vociferar contra ellas.
En relación al fracaso general del modelo neoliberal ya se expresó en las elecciones.

Sin esa información es ocioso pensar en un diseño comunicacional de nada, pero tampoco puede justificar el no plantearse investigar.

Que existe una vocación de articulación novedosa entre el Estado, los agentes y los sujetos es probablemente el primer diferencial de calidad de esta gestión sobre el segundo período de CFK, cerrado sobre sí mismo y diseñando política pública de escritorio que muchas veces ignoraba a los sectores intermedios.
A una semana tenemos reuniones con los gobernadores y con los sectores políticos  que puedan garantizar alguna efectividad en las medidas.
Los agentes económicos implicados también son recibidos, después, para dialogar desde una posición de poder porque en definitiva alguien tiene que mostrar quién maneja la botonera.

Pero no es consenso.
Es discusión, tira y afloje de tensiones entre una sociedad que votó un proyecto de distribución de ingreso y los que se apropian de la plusvalía, que existe y no es mala palabra.

Nuestra sociedad, a diferencia de otras, eligió un modelo y resistió un mal resultado apretando los dientes, porque había una salida política.

Uno espera , cree - y aportará para que se haga- que se construirán acuerdos  de a poco, sabiendo incluso que todo acuerdo es contingente y puede ser denunciado.

El consenso es la paz de los cementerios, que están llenos de muertos.