Está por salir el fallo sobre Cromagnon.
Y probablemente, la Justicia, que no puede ser perfecta porque sólo puede tratar de administrar el castigo, dejará más o menos satisfechos a quienes resultaron los damnificados de hecho .
Pero el problema no es de derecho sino social. ¿Que significa ser joven, o niño, en la Argentina de hoy ? ¿Cuán invisible es el primer tramo de la vida, que es ignorado como sujeto de derecho por una sociedad que no los piensa, no los proteje, no los proyecta?
Los niños integran un mercado al cuál se dirije, desde los medios ,una publicidad agresiva, condicionante , que apela a formar individuos que necesiten consumir para generar su identidad. Hablando de los sectores sociales que pueden acceder a los bienes, sean materiales o culturales.
Los jóvenes son abandonados por una sociedad que mira para el costado en cuanto a la salud y la educación públicas, porque ni espera nada del Estado ni tiene conciencia de sus posibilidades de modificarlo ,en aquel sector que está fuera del sistema.
La Convención de los Derechos del Niño habla de derechos que son una obligación del Estado.
Pero la sociedad olvida que el Estado somos todos y que para que una enunciación de derechos pase de discurso a práctica, hace falta compromiso. No solamente designar funcionarios para que hagan sino además involucrarse para verificar que se haga.
Los muertos de Cromagnon son la punta del iceberg, por lo brutal, que debe hacernos mirar a los muertos en los boliches, en los hospitales, en los accidentes de la noche, en la miseria, en la violación , en la trata de niños, en los abortos, en la estigmatización de los medios, en el pensamiento de que los jovenes son peligrosos.
En los setenta ser joven significaba ,para muchos, actuar por el cambio.
La sociedad adulta sigue castigando el atrevimiento.
Yo soy de los que creen que lo que ocurrio en Cormagnon es culpa de todos. Quizas no sea precisa la palabra culpa y mejor seria utilizar responsabilidad.
ResponderBorrarResponsables porque como bien dice el texto somos parte de un Estado al que miramos sólo contadas veces y sobre todo cuando el dedo almibarado se nos sumerge por donde el mono se mete la manzana.
En una sociedad como la nuestra, esta claro que lo que se buscan son chivos expiatorios y creo que Chaban sin dejar de ser un responsable importante de lo ocurrido, esta ocupando ese lugar. El sentimiento de los amigos y familiares de las victimas es razonable, entendible, ahora bien que esa sed de venganza, ese sentimiento se trasforme en conciencia colectiva es lo que desde mi humilde opinion no debe ocurrir.
Lo sucedido aquella noche es un reflejo de lo que somos, que es en definitiva como dice Sartre, lo nos dejan ser. Para que ello no vuelva suceder, lo de Cromagnon y ser el resultado de lo que hoy nos permiten ser, las medidas de la justicia tendran que ser ejemplares, pero por sobre todas las cosas cada uno de nosotros hacernos cargos de la parte que nos toca.
Es cierto, tenemos juventudes en peligro y nos quieren hacer creer que son ellos los peligrosos (ESOS jóvenes, claro, porque falta el corte de clase -con perdón). Ser sujeto de derecho, de hecho, no es para cualquiera. Conciencia de lo público se debe pretender, claro que sí, pero a partir de que el Estado realmente garantice todos los derechos.
ResponderBorrarSaludos
Por un lado, el ninguneo, la despreocupación, el vaciamiento de todo espacio que les es "propio" y sobre todo la falta de una sociedad que los incluya y los potencie, y a la par, una exaltación de la adolescencia, el no querer dejarla, el querer seguir siéndolo después de los treintipico a fuerza de gimnasia, cirujías, o pura ridiculez y patetismo....Esquizofrenia social, será?
ResponderBorrarCreo que una sociedad que no cuida a sus jóvenes no va por buen camino. Todo lo acontecido en el caso Cromagnon es desolador. La tragedia en sí misma, las actitudes de los políticos y mayores involucrados luego, la inoperancia, la falta de compromiso, la victimización de los verdugos o al menos responsables indirectos, y por último el fallo de ayer. Todo muy lamentable. Me pongo en la piel de esos familiares y creo que la desmesura es absolutamente comprensible. Debe ser insoportable tanta muerte, tanta tristeza, tanta injusticia, tanta locura.
ResponderBorrarLos niños son una cuestión de Estado y los adultos tambien.
ResponderBorrarLo que pasó no tiene nombre y yo tambien necesité escribir porque no lo podía creer.
Saludos, Cani.
La sociedad es sinónimo de estupidez ¿no?
ResponderBorrarBesos y broncas