Declaraciones varias

Construyendo el sentido

Hoy leía unas declaraciones del secretario de comercio norteamericano Walter Bastian tal como se reflejaban en una nota en Clarín o La La Nación ( la verdad la memoria no me está ayudando pero esto que escribo hoy no pretende la rigurosidad del ensayo), y no podía dejar de preguntarme sobre las formas de entrevistar.
Si yo le pregunto al grandote del barrio, malo y con fama y antecedentes de violador, si él considera que acercarme a su casa con los pantalones bajos facilitaría la posibilidad de que tuvieramos relaciones amistosas y de buena vecindad ustedes me tratarían de pelotudo, para decirlo suavemente.Preguntarle a un representante del poder de los Estados Unidos acerca de si sería conveniente para la Argentina aceptar las reglas del juego del FMI para facilitar esas relaciones es más o menos lo mismo. ¿Que se supone que va a contestar?.
Y luego seguimos con el famoso discurso de las reglas de juego claras para facilitar la inversión , los capitales y los negocios.
El capitalismo es un sistema que se basa en la competencia , donde toda empresa si pudiera eliminaría al resto para tener una posición monopólica. Desde Adam Smith para acá el problema es como regular un juego que tiende a la eliminación del contrario. Lo que se pide al Estado son reglas que favorezcan los negocios del sector que esté haciendo lobby en ese momento, pero, acaso no es una regla clara la inmunidad gremial de la que se ríe Kraft Foods?
Con respecto al famoso "plazo" que se debate en la Ley de Medios, es una regla de juego clarísima y no hay derechos adquiridos que valgan. Que yo sepa la Phillip Morris , antes de convertirse en Nabisco y luego en Kraft Foods no estuvo protestando porque en New York esté prohibido fumar no solo en los lugarse cerrados públicos o privados sino también en los espacios públicos abiertos como el Central Park , por ejemplo.
Los derechos adquiridos y la reglas del juego son lábiles, porque lábil es la sociedad burguesa en la que vivimos. No pertenecen a las categorías típicas del Derecho Divino de la Edad Media, aunque los interesados en el juego pretendan convencernos de los contrario. Nosotros , los individuos que la integramos, también somos jugadores y no meros espectadores que pagan el valor de la entrada.