En el gran tongo de los 70 , cuando pedirle plata al Estado era un gran negocio, el BANADE de la triste memoria financió a toda la estructura industrial del país. En 1976, con el gobierno militar, muchas de esas empresas, con problemas crediticios que hacían insostenible la posibilidad de honrar los créditos que el Estado les había dado, consiguieron recuperar las acciones que tenían depositadas en garantía por sus acreencias a un precio vil que terminó en la escandalosa quiebra del banco. Mirar la lista de esas 207 empresas que se salvaron con los dineros del Estado ( la nuestra) es recorrer el espinel de parte de la historia industrial de los últimos treinta años.La familia Magnasco, poseedora de la tradicional fábrica de quesos y dueña de la marca, tenía su empresa en esas condiciones y fué gracias al dinero del Estado y la oscura venta de sus acciones que salvó su fortuna. El bisnieto del fundador, el abogado Biolcati Magnasco, el Hugo de la Rural , cuando la empresa se dividió entre las familias, se quedó , junto con sus hermanos con los campos de Carlos Casares y terminó siendo uno de los proveedores de Nestlé más importantes del mundo en litros de leche.
La ricota Biolcati no me va.
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