Haciendo patria matando jóvenes

Las queridas policías que supimos conseguir siguen mostrándonos el camino. Como históricamente ha sido en nuestro país, siguen siendo un bolsón de violencia siempre dispuesto a marcar el territorio del poder en la geografía local. La mendocina, los patas negras bonaerenses, la federal, la santafesina, cualquiera que vea comprometido su poder no tiene empacho en tirar muertos en la calle por la razón que sea.
Somos responsables, como sociedad, de no haber logrado que nuestra dirigencia política haya intervenido, del 83 para acá, en forma eficaz y sostenida en el tiempo para desmantelar un sistema que tiene un corazón ideológico profundamente represivo junto con un cerebro mafioso que administra todos los negocios truchos de la calle, que son parte de nuestra sociedad y nuestra cultura.
Por ejemplo,Scioli, delegando en un personaje como Casal -un tipo formado en el Servicio Penitenciario Federal-la gestión política de la policía es tan indicador de ese fracaso como lo es Cristina o NK que, en función de la razón instrumental del poder, hacen alianzas con un tipo como él.
Pero el problema estructural no está en la clase política sino en nosotros como sociedad civil.
Si no somos capaces de ejercer la presión política, el control ciudadano y la participación necesarios para evitar que esto siga sucediendo seguiremos teniendo más muertos, se llamen Fuentealbas, Marianos Ferreiras o Ni Nis ( ni estudian ni trabajan) desconocidos habitantes de cualquier cinturón pobre del GBA, del Gran Rosario, Mendoza o la cañada en Córdoba.
No podemos equivocarnos.
Los dirigentes estan ahí porque los ponemos nosotros, y si es necesario, somos nosotros los que los tenemos que bajar.