Leyendo hoy la revista que entregó Página 12 con motivo de sus 25 años en la calle, me aparecieron a la memoria varias cosas , de las que todos hemos sido testigos y también recuerdos personales.
Lo que más fuerte me impactó es que, cuando lo/la leí por primera vez, supongo un par de meses menos que 25 años, me surgió la pregunta personal de lo interesante que sería trabajar ahí. No tuve en ese momento el coraje de quemar las naves de un trabajo que creía definitivo ( a los 27 años creía que lo era). Mucha historia pasada-pesada-pisada y la que sería una hija en camino marcaban reglas de un campo diferente.
El diálogo abstracto, no dialógico, que establece un lector con el diario construye imágenes , refuerza algunos mitos,rompe otros, cierra el sentido del acto interesante que provoca una lectura de textos más o menos descentrados sobre una sociedad que es mirada críticamente.
Pero el gustito por la comunicación no lo perdí. De alguna manera , hace 25 años los Verbitsky, Gelman y Soriano me abofetearon y me obligaron a tomar cuenta de algo que siempre me gustó.
Veinticinco años después sigo trabajando en la industria, pero ahora en la que genera las condiciones materiales de la televisión digital abierta y me falta poco para terminar mi carrera.
Las notas permitían pensar otros caminos,no sentirse solo en la madrugada del neoliberalismo triunfante que se venía.
¡Qué paradoja! cuando me enteré en cuál instituto estabas trabajando me dije "¿se puede imaginar un lugar mejor?" y me alegré mucho por vos.
ResponderBorrarEn cuanto a Página...yo sí fui a verlos una semana antes de su salida y me dijeon que lo que yo hacía es lo que estaban buscando. Tres días después habían cambiado de criterio y optaron por chistes en lugar de caricaturas. Incluso pude haber usado un contacto familiar con el "dueño", pero no quise entrar de ese modo. Así que me quedé -como vos- leyéndolo por gusto, pero desde afuera. Después me publicaron cosas que recibieron indirectamente y aún así no pude conseguir una relación formal. Es un lugar muy raro y desprolijo, Qué se le va a hacer.