La grúa depositó con cuidado el shelter, un container construido a prueba de balas y aislado
térmicamente, con cinco toneladas de equipamiento eléctrico y electrónico en su
interior y un peso total de diecisiete
toneladas, sobre el semiremolque. El conjunto de Estación Digital
Terrestre de televisión (EDT) se completa con otro camión que lleva los ocho
metros de antena y un tercero que carga un generador de potencia y un rollo de
cable de alta tensión de unos tres metros de altura y cuatrocientos kilos de
peso.
En julio de 2012, en la instalación que INVAP SE tiene en
Base Moreno en la Provincia de Buenos Aires, la EDT N° 42, Catamarca, está lista
para partir.
Desde el inicio de las transmisiones en abril de 2010 a
partir de un equipo donado por el gobierno Japonés con tecnología NEC , el
despliegue de los puntos nodales de transmisión ( EDT) ha sido un proceso que
se acelera a medida que transcurre el tiempo.
La televisión en la Argentina, inaugurada en 1951, era parte
de los desafíos técnicos del siglo XX. Llegó al país después que en México,
Brasil y Cuba, lo que desde el punto de vista tecnológico era una decepción en
el marco de una historia que había tenido a la Argentina como uno de los países
pioneros en los desarrollos técnicos de
los medios de comunicación masivos, tanto en los medios gráficos como
particularmente en la radio. El 17 de Octubre de 1951, Día de la Lealtad, Canal
7 de Buenos Aires, dependiente de LR3 Radio Belgrano realizó la primera
transmisión. Jaime Yankelevich, director de la radio, había traído de Estados
Unidos los equipos Standard Electric que permitían la emisión y una cantidad
pequeña de receptores. La inversión estatal mediada por la presencia privada es
una característica que difiere del contexto latinoamericano, donde la inversión
privada fue la constante.
El paso de la televisión hertziana analógica a la televisión
digital terrestre (TDT) implica una transformación estructural ya que no sólo
hubo que determinar la definición de la
tecnología de transmisión sino que
aparece un problema nuevo para el negocio televisivo que es el sistema de
distribución de la señal.
En el mundo, la digitalización de la televisión por ondas
implica pasar del modelo de pocos
canales con enormes audiencias del
sistema de broadcasting, que generó
una configuración que se mantuvo desde sus orígenes independientemente de ser
pública o privada, a una oferta de multiplicidad de espacios televisivos posibles con la técnica digital que se
articula con una demanda fragmentada.
Esta novedad replantea los modelos de negocio y financiación
que sustentan a la televisión en su diseño histórico.
La decisión del modelo de transmisión digital, por cable, por
Internet, por sistemas de pre-pago o abierta implica la necesidad de la
aparición del Estado como regulador frente los diferentes intereses de los
grandes grupos de medios, tanto en la decisión de los estándares técnicos como
en la imbricación del proceso con el apagón analógico previsto para el 2019 y
el reparto final de las frecuencias. Una redefinición del negocio que impactará
su desarrollo para las próximas décadas. En este sentido, el Estado argentino
ha intervenido en la historia de la televisión nacional, tanto desde su
nacimiento como durante los diferentes regímenes de Gobierno dictatoriales o
distintas configuraciones de gobiernos democráticos. A la televisión se la ha
privatizado, nacionalizado intervenido o regulado.
En agosto de 2009, Argentina adoptó la norma
japonesa-brasilera ISDB-T (Integrated Services Digital Broadcasting) como estándar
para el desarrollo del Sistema Argentino de TV Digital Terrestre (SATVD-T), en
el marco de la Cumbre de UNASUR realizada en San Carlos de Bariloche.
Para llevar a cabo la implementación de la TV Digital en Argentina fue
necesaria la creación de una normativa que acompañe de forma legal todo lo
realizado y proyectado para el corto y largo plazo. Se necesitó crear el
Sistema Argentino de TV Digital Terrestre, declarar de interés público la
Plataforma Nacional de TV Digital Terrestre y autorizar la prestación de los
servicios de uso de infraestructura, multiplexado y transmisión para TV Digital
Terrestre.
El análisis en el futuro del impacto que supone el
despliegue de la TDT sobre las identidades políticas y culturales en nuestro país deberá tener en cuenta
algunas dimensiones económicas manifestadas en el hecho de que los costos de subida
a la red son establecidos y recaudados por el Estado. La presencia monopólica
de éste como proveedor y regulador del sistema de retransmisión de señal,
esto es la distribución física de los contenidos que se generen como bienes
culturales, hace que sea necesario su estudio para determinar que efectos
produce. Al mismo tiempo es importante entender que este desarrollo tecnológico
implica un aprendizaje y apropiación
social de nuevas tecnologías y un nuevo campo de exportación de productos
industriales en el ámbito de la tecnología de las comunicaciones, como el caso
Venezuela ya en curso y la posibilidad de nuevas áreas como aparecen en Bolivia.
La negociación que
implica la cesión del terreno físico necesario para la instalación de un EDT
así como la necesidad de presentar como beneficio y resultado de buena gestión
a la presencia en un área determinada de la TV Digital hace que no sea menor la
importancia de la relación política entre los gobiernos municipal, provincial y
nacional. En un momento histórico donde la demanda de contenidos y
fundamentalmente de conectividad atraviesa a toda la sociedad, donde la
posibilidad de conexión con Internet es una realidad posible desde el punto de
vista técnico, la autopercepción de integración que puede tener el habitante de
las zonas más alejadas del país simplemente por poder acceder a contenidos
culturales y de consumo que alcanza la TV digital es un componente importante
en la política municipal.
El problema de la construcción de identidad política del
gobierno kirchnerista, en los períodos de Nestor Kirchner (2003-2007) y
Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011, 2011-2015) ha sido un desafío y a la
vez una oportunidad para revisar y redefinir algunos estándares que definen el
sistema de televisión en la República Argentina. De poco sirve un programa como
678, transmitido desde marzo de 2009 por la señal de televisión estatal (Canal 7) para construir esa identidad,si
no se puede garantizar una distribución de la señal que quiebre los acuerdos
económicos que controlan los multimedios como el Grupo Clarín, que supere las limitaciones
técnicas de la televisión hertziana y que permita la subida al aire de la
televisión a nivel local-municipal. Sin embargo no puede decirse que el
proyecto TDT sea una respuesta específica al enfrentamiento del gobierno
kirchnerista con Clarín, ya que el ejecutor principal de esta política ,AR SAT
,es un organismo creado para administrar las telecomunicaciones dos años antes
que se materializara el conflicto. La
competencia entre el operador de telecomunicaciones y las compañías de cable
por el control del acceso a los hogares y empresas pareciera que se inclina
hacia el sector de las telecomunicaciones. La norma ISDB-T adoptada, que
incluye el middle-ware Ginga brasileño como motor que garantiza la
interactividad aprovechando un canal de retorno, permite un despliegue por aire
que habilita a una decisión económico-política de creación de una estructura de
comunicación con un nivel de inversión tan grande que deja afuera incluso al
grupo de comunicación más poderoso de la Argentina.
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