viernes, 20 de agosto de 2010

Amaichá del Valle, un lugar inseguro.



A 164 km al oeste de San Miguel de Tucumán, se encuentra la localidad de Amaicha del Valle. Con una población de unos 5000 habitantes según INDEC ( 2001) y a 2000 metros de altura se encuentra una comunidad indígena del Norte Argentino que conserva aún la cultura diaguita. Un pueblo típicamente norteño. Dicen que las siestas del verano por acá son algo intensas; que se respira un aire denso, donde sólo las moscas sobreviven a la quietud. El que llega atraído por lo desconocido y con intenciones de recorrer todo lo que hay para ver, deberá tener en cuenta el efecto tucumano de la siesta en sus planes; porque se verá atrapado por las hamacas, los sillones, las camas y todo aquello que facilite el descanso. Si pasea por las calles mirando atentamente a los verdes que hay en las veredas, quizás la Pacha les regale algunos espárragos silvestres para sus comidas. Estas tierras son propiedad de la comunidad aborigen. El cacique es el máximo responsable junto con la asamblea de ancianos, ellos toman las decisiones de la comunidad. Un lugar idílico, y sin embargo la inseguridad existe. Esta región de la provincia está considerada como la segunda región más pobre del país con el 20 % de su población por debajo de la línea de pobreza e indigencia ( INDEC 2009). Las condiciones materiales y geográficas agravan el acceso al sistema de salud y la probabilidad de mortandad infantil en el primer año de vida es de un 70 % mayor que la de los niños de la Ciudad de Buenos Aires. Como son unas tres mil familias descendientes de los pueblos originarios que salvo por un microclima único en el mundo, no provocan titulares ni son noticia, la violencia de las condiciones de vida que soportan, la falta de seguridad jurídica , la falta de derechos, no es un tema digno de la vida cotidiana para ser visibilizado.

1 comentario:

  1. Un lugar maravilloso, pero con datos invisibles para los paladines de la libertad de expresion y preocupados por la inseguridad....
    Alla por el 2005 conoci ese pequeño pueblo, que nos recibio ( ami futura mujer y a mi) con harina y agua por doquier, en pleno festejo por la eleccion de la "Pachamama" del lugar, entre coplas y empanadas, entre tablones y tintos...en fin....un lugar que amerita una visita, pero mas aun, atencion para que sea aun mas lindo y digno para los que alli viven..

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