Facultad tomada

Todo empezó por un vidrio.
No está claro si fue una caída o una rotura producto de algunos forcejeos, pero funcionó como disparador de una toma de la facultad de Ciencias Sociales que dura ya tres semanas. El escenario es conocido, no es la primera vez que se propone dar clases públicas en la calle. Por las veredas de la calle Ramos Mejía, entre Franklin y Cangallo, abundan sillas tiradas, y las esquinas están cortadas, como siempre sucede. Lo que llama la atención es que por un lado se ve un clima de discusión, a veces en tono fuerte y subido, y por otro un clima de dar o recibir clase. Hablando con Angeles P. me comenta que no ve el sentido de una protesta tan fuerte cuando la causa es débil. Las condiciones de la cursada hace muchos años que son malas, y aunque no debe naturalizarse eso-dice- por otro lado se sabe del lento progreso, pero progreso al fin, de la construcción del nuevo edificio. Paula S. dice que es cierto, pero que no hay buena comunicación del decanato – cosa que siempre resulta curiosa en una facultad que tiene en su principal matrícula a la Carrera de Comunicación- y menos de la Dirección de la Carrera acerca del cronograma de mudanza. Si, tercia otro estudiante, pero vienen las agrupaciones a decir que esto y lo otro, pero en realidad todo es una cuestión que tiene que ver con la oposición política al Gobierno. Las materias que son dadas por profesores que adhieren al PO o al MST dan clase y las que estan alineadas claramente con el kirchnerismo no dan. Y las agrupaciones en definitiva a quien responden? , pregunto. Lo que pasa que si venís a la asamblea y decís como alumno no agrupado que coincidís en algunas cosas pero que esto no justifica la Toma del palacio de Invierno te corren a los gritos, dice Ana, una alumna que confiesa estudiar su segunda carrera, es abogada y tiene treinta y pico.
El vidrio roto y la pésima situación edilicia parece que ocultan algo más grande que es la disputa ideológica, siempre útil en el ámbito de la Universidad Pública que forma a nuestros profesionales.

Mi opinión personal es que la izquierda desnuda una vez más una gran pobreza teórica al manijear un conflicto donde hay problemas y dificultades pero no había enfrentamiento a cara de perro. El decanato tensa su postura conduciendo la situación a un desgaste que la conducción gremial ( estudiantil) debió prever y a la que no puede ofrecer respuestas. Está planteado un golpe institucional, eso es lo que significa abrir las aulas pero no permitir el ingreso de autoridades legítimas, aunque estemos en las antípodas ideológicas .Las viejas " condiciones objetivas" hacen que no esten dados los factores sociales para hacer la revolución estudiantil, ergo las masas los abandonaran.