sábado, 9 de abril de 2011

Voto electrónico. ¿ un nuevo paradigma ?

La intención de este trabajo es proponer líneas de investigación sobre las repercusiones y los cambios que puedan encontrarse en la sociedad a partir de la implementación progresiva del sistema del voto electrónico en lugar de la tradicional urna de cartón en nuestro país. En marzo de 2010 se realizó por primera vez una elección con ese sistema con el padrón completo y sin división de género, ya que anteriormente se habían hecho experiencias aisladas en padrones de extranjeros en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires. La pregunta a la que intentaremos responder es si el cambio es meramente técnico, en una simple sustitución de la tradicional urna de madera por una electrónica que sólo contribuiría a una mayor rapidez y seguridad en el acto de recuento de votos y su posterior comunicación o si por el contrario, podrán esperarse cambios en las prácticas sociales que traería la desaparición de la boleta sábana eliminando así la posibilidad de traer el voto pensado y preparado desde el hogar o desde el dirigismo de los punteros políticos.
Categorías
Para abordar estas preguntas, deberíamos primero comenzar a definir los conceptos y categorías que intervienen. Es necesario definir que es el voto electrónico, quienes son los actores en la situación de una elección y como podríamos encontrar un cambio en el comportamiento de los electores. Definimos entonces el voto electrónico como a un sistema electrónico de recolección de votos. En este sistema, en principio, la aplicación de las Tecnologías Infocomunicacionales (TIc) se limita entonces a un sistema que se aplica a todas o a algunas de las actividades del sufragio, como ser verificación de identidad, emisión del voto en urna electrónica, impresión o no de una verificación en papel como comprobante, recuento parcial y global de votos y transmisión de resultados. En la discusión y tratamiento acerca de las ventajas y dificultades de este nuevo sistema intervienen en campos diferenciados actores que representan a todo el sistema político.
En el campo de las autoridades de aplicación tenemos:
Ministerio del Interior
Junta Nacional Electoral
Para completar el escenario se encuentran además los diferentes partidos políticos y por último aparecen los electores. Estos tienen la desventaja de ser los terceros, individuos, que van a tener que dialogar con las corporaciones políticas y el Estado.
Por último, aparece el cambio del comportamiento del electorado. Lo primero que surge es que deberemos investigar acerca de las preferencias en cuanto a la elección previa de la boleta, meditada y realizada con anterioridad, versus la elección, meditada o no, en el cuarto oscuro. Con los resultados de ese trabajo de investigación podremos inferir posibles fricciones con un sistema que no permite una confección previa de las diferentes opciones. Estas fricciones probablemente aumentarán más si la tendencia al corte de boleta se incrementa en el tiempo a medida que el elector adquiere refinamiento o en circunscripciones como la CABA que puedan ser más proclives a ello.
Los conflictos que aparecen en primer término son los que resultarán de la problemática asociada al cambio. La costumbre y la cultura electoral vigente ha fijado la idea del sufragio como un acto privado donde el ciudadano elige entre una oferta de boletas y luego deposita su voto en la urna. Lograr que el elector modifique ese hábito por una transacción similar a las opciones de un menú de un cajero automático es la primer valla a saltar, donde seguramente la brecha etárea y la sociocultural desempeñarán roles preponderantes. La costumbre habitual de los votantes, tanto en forma individual como organizada por partidos políticos, de concurrir al acto con la boleta previamente preparada desaparecerá y es una fuente posible de tensiones a resolver. Es innegable que la posibilidad de cortar la cadena de poder que significa esta práctica favorecerá a unos partidos y perjudicará a otros. La transparencia es otro de los lugares donde es posible que aparezcan conflictos, ya que la sociedad confía razonablemente en el sistema actual del conteo individual por mesa, escuela, distrito y los telegramas de comunicación. Los mecanismos de validación y control desarrollados por los propiso interesados- partidos- parecen razonables junto con la intevención de la autoridad competente . La posibilidad de una recolección de datos electrónica, aunque segura y confiable en términos de rapidez e imposibilidad de manipulación local, abre las puertas a una posibilidad de manipulación central de la información, por lo que el Estado debe resolver ese conflicto sobre la veracidad de los datos antes de que el mecanismo sea adoptado en forma masiva. La elección del sistema, si es concesionado a una empresa privada o es desarrollado por el Estado, los canales electrónicos de transmisión de datos y la posibilidad de intervenir sobre ellos resultan hoy opacos al ciudadano común, pero en vista de una implementación masiva del sistema tanto éstos como los partidos políticos preguntarán a la autoridad de aplicación, el Estado, acerca de el grado de inviolabilidad del sistema. Desaparecerán actores privados como imprentas, elegidas en forma directa por cada partido para la impresión de las boletas y los proveedores del Estado con capacidades para la confección de urnas, que es siempre una licitación pública. Aunque el monto asociado a esa confección es bajo respecto de la envergadura de la operación, los gastos de impresión de boletas suelen ser una fuente de conflicto al interior de los partidos, en tanto nunca son claros los procedimientos de asignación y los montos incurridos tanto como las cantidades realmente efectuados. Desaparecerán asimismo los gastos de logística asociados al transporte físico de las urnas vacías, la recolección y seguridad asociada cuando están llenas y toda logística que implica al Estado el movimiento de personal y camiones para ese fin. Aparecerán los gastos del transporte electrónico de la información, y el Estado deberá intervenir para regular acerca de esta etapa. La elección de sistemas de recolección local de esos datos o la transmisión a centrales nodales dentro de una red será otra situación que deberá resolverse. De esta forma, esta aplicación de las TIcs aparece rápidamente cruzada por los aspectos culturales, sociales y económicos relacionados con los usos tecnológicos al interior de una sociedad, con los aspectos de la relación entre las nuevas tecnologías de información y los procesos urbanos de transformación histórica y con el hecho de que los individuos siguen existiendo y teniendo entidad a pesar de la anomia que estas TIcs puedan ejercer como efecto. En este punto conviene recordar, como definía Raympn Williams es su clásico Historia de la comunicación, que "una técnica disponible está necesariamente relacionada en forma compleja con el marco de conocimientos, teóricos y prácticos, de las instituciones sociales de las que proviene". De ahí que la aplicación de estas tecnologías para la ejecución del acto eleccionario, en el marco de una sociedad capitalista tiene que generarnos algunas preguntas acerca de las posibilidades de un mayor o menor ejercicio de las libertades democráticas que en principio pareciera promover.
En cuanto al sistema electoral, en la Argentina intervienen las siguientes leyes:
Constitución Nacional
Código Electoral Nacional (Ley 19.945 y modificatorias)

Ley Orgánica de los Partidos Políticos (Ley 23.298 )

Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos (Ley 26.215)
A grandes rasgos podemos decir que el voto en Argentina tiene estas características: es individual; secreto y obligatorio (salvo para aquellos que están exentos/as). Esto es así desde 1912 cuando se sancionó la Ley Electoral Nº 8.871 (conocida como Ley Sáenz Peña), que eliminó el voto calificado haciéndolo universal. Debe aclararse que universal era solo para los hombres ya que el voto femenino se dio a partir del año 1947 cuando el 23 de setiembre, mediante un decreto, el entonces presidente Perón extendió ese derecho a la mujer.
Ninguna autoridad ni persona, corporación, partido, o agrupación política puede obligar al votante, a optar por algún candidato o lista en particular. El sistema es de lista incompleta para otorgar representación a las minorías, esto es una representación proporcional a los sufragios obtenidos. Para tener derecho a votar se requiere: ser ciudadano/a; por haber nacido en la Argentina o ser naturalizado/a o por opción; tener dieciocho años de edad cumplidos; no tener ninguna de las inhabilitaciones previstas en el Código Electoral Nacional; y estar incluido/a en el padrón electoral. Los partidos políticos son los instrumentos necesarios para la realización de la política nacional y son los únicos autorizados a postular candidatos a cargos electivos. Desde el punto de vista de la Ley de Financiamiento, la mecánica del voto electrónico dejaría sin sentido el artículo 35 de la misma, donde se explicita que el Estado otorgará los recursos necesarios para la impresión de una (1) boleta por elector registrado por distrito en cada partido. Las elecciones, entonces, muestran que al estar en juego aspectos centrales del sistema democrático como la representatividad política y aspectos que hacen a la seguridad nacional en cuanto a garantizar la imposibilidad de manipulación de los datos evidencian que sería conveniente regular desde el Estado todo el proceso de la migración al sistema de voto electrónico en forma específica con una nueva ley.

La misma no podría dejar al azar temas como:

* Software. La elección de un sistema de código abierto no implica admitir posibilidades de propiedad intelectual y de derechos en un acto que hace a la afirmación de ciudadanía.
* Telecomunicaciones. La arquitectura de acceso a Internet está dividida en tres etapas, de operadores nacionales de redes troncales hasta los portadores del ancho de banda. Estos operadores son privados y actúan de acuerdo a las lógicas de mercado. Será necesario delimitar obligaciones y alcances para que el tráfico asociado al acto eleccionario sea considerado un servicio público.

* Seguridad. Infraestructuras críticas, redes de suministro eléctrico. Problemas de intercepción e interferencia de los datos. Acceso ilegal y espionaje.
Estos ítems deberán ser considerados para una operación segura.

Las experiencias en nuestro país hasta ahora son escasas. Se han dado en las elecciones a intendente de Pinamar en marzo de 2010 y anteriormente en los partidos de San Isidro, San Martín, Vicente López y Berisso en el año 2007. En la fecha, 30.500 extranjeros habilitados para votar estrenaron urnas electrónicas, desarrolladas y cedidas por la Universidad Tecnológica Nacional. En esa oportunidad el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), fue invitado por el Programa de Voto Electrónico a los centros de votación para dar opinión sobre el funcionamiento del sistema. Según información aparecida en el sitio 168 Horas, María Inés Tula, investigadora del Programa de Instituciones Políticas de CIPPEC y autora del libro “Voto electrónico. Entre votos y máquinas, los nuevos fenómenos en los procesos electorales”, marcó dos aspectos que, para ella determinan ciertas falencias: “En las pruebas piloto no se hizo la validación del software de las máquinas, es decir que no se comprobó que todas las urnas electrónicas tengan el mismo código”.Estas actividades correspondieron a las ensayos del Programa de Voto Electrónico del decreto 1329/2004 de la Provincia de Buenos Aires. También en el año 2007 en la localidad de San Antonio Oeste, provincia de Río Negro, los ediles aprobaron una ordenanza derogando la adhesión al sistema de voto electrónico en virtud de las dificultades encontradas en la elección anterior. Pueden mencionarse demoras, falta de datos, fallas técnicas que obligaron a recuento manual de tickets.

Ftes. Voto electrónico en Argentina, Dr Alejandro Prince. PDF,
Jefatura de Gabinete www.cronista.com www.lanacion.com.ar, www.lavoz.com.ar, Fundación Carlos Pellegrini, www.larepública.com.ar, www.argentina.gob.ar, www.ucr.com www.infobae.com.ar www.168horas.com www.gobiernoelectrónico.org www.vialibre.org

6 comentarios:

  1. es complejo sin dudas, pero factible de resolverse. Mi duda es de un tipo de a pie: Después del voto electrónico, ¿me van a imprimir un boleto, como el de los colectivos aunque sea? ¿O va a pasar como con el SUBE, que después de pagar me queda una sensación de carencia, de nada...?
    abrazo

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  2. no, no es factible, si soy presidente de mesa y no puedo comprobar como funciona el sistema con mis propios ojos y sentidos, impugno la mesa de entrada. Por que? trabajo en sistemas, y no hay ningun sistema infalible ni a prueba de bugs, asi de facil
    la esencia, un hombre, un voto como la validas con tus sentidos?

    ayj

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  3. Aporto la frustrante experiencia individual que viví cuando, encontrándome en Salta hace un par de semanas, pude testear el dichoso artefacto. El resultado fue que este muchacho joven, diestro con la tecnología, con un respetable conocimiento de las distintas opciones electorales, sucesivamente 1) seleccionó accidentalmente un candidato que no deseaba votar, 2) tardó su tiempo para modificar la elección y tildar a los candidatos por los cuales quería optar, y 3) trabó la máquina cuando depositó la boleta para la impresión del comprobante.


    Según las fuerzas cívicas que organizaban la demostración, mi intento fallido demandaba la desconexión y el reinicio del aparato, proceso que lleva “por lo menos quince minutos”. Ante mi predecible pregunta sobre como solucionarían una contingencia de este tipo en medio del proceso electoral, la única respuesta que tuve fue un preocupado encogimiento de hombros.

    Me parece que, nuevamente, estamos frente a un buzón millonario.

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  4. El sistema electrónico tiene que tener sí o sí un respaldo "artesanal", tanto de planillas como de boletas (impresas por la máquina tal vez) y urnas. Tiene que ser sólo un acelerador del escrutinio provisorio, pero lo que vale sí o sí tiene que ser el sistema manual.

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  5. se puede hacer un simple "hibrido" en
    el cual, en lugar de imprimir cientos de miles de boletas, solo se imprime la que
    uno elije. Cuando te dan esa boleta, la miras bien, y si estas seguro que es lo
    que queres votar, apretas "enter" y salis del cuarto oscuro, depositando ese papelito en la urna.
    Siguen existiendo los fiscales, siguen existiendo todos los mecanismos comunes de elecciones, solo que el recuento de votos lo tenes inmediatamente, a las 20hs.
    El chequeo que todo anda bien es facilisimo, miras los telegramas y comparas con el electronico. Si no da,
    se cuenta de nuevo.

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  6. No estoy tan seguro, Dario.
    Si puede haber discrepancias, el telegrama debería ser enviado despues de verificar los totales por urna, para evitar propagación de errores. De donde no surge que sea necesario el sistema de totalización electrónica. El problema fundamental, en votaciones con posibilidad de corte es quien certifica que "el " software no esté contaminado-por falla o en forma maliciosa- y replique el problema en todas las urnas.

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