lunes, 15 de agosto de 2011

En carne viva

No me siento en condiciones mentales de hacer análisis, ni quiero hacerlo , tampoco. Sólo se me ocurre, al leer La Nación , que la pregunta que aparece imposibilitada de comprender porqué no hay diferencias entre las caras de los indignados , los jóvenes hooligans londinenses o los protestones estudiantes chilenos desnuda la misma negación a comprender cual es el fenómeno que se produjo ayer domingo en estas elecciones primarias a las que poca gente les dijo PASO.
Se piensa que ganan los oficialismos. Puede ser. También se vota algo que si no es UN proyecto definido, programático y preciso plantea una intención de disputar , como Estado-nación frente a el capitalismo del mercado, una posición que remite al nosotros colectivo. Como dice Hobsbawm, es preciso releer a Marx para comprender qué es lo que ES el capitalismo que deja de producir bienes materiales para pasar a la lógica de los mercados multinacionales del fin de la historia que sepulta países, anula historias y conciencias y borra la mínima noción de singularidad en el altar de los movimientos transnacionales en búsqueda de la eficiencia .El capitalismo que deja de mirar la base de consumo que lo construye como sociedad y que no titubea en destruir a los Estados que hoy en América del Sur comienzan a mirarlo como un virus del que hay que defenderse.
Esa defensa es la que se vota. Ya aprendimos que las policías que Cameron quiere instalar a contracultura de los ingleses no sirven para contener el reclamo de los que se caen del sistema. Pronto en Italia los napolitanos - indignados ?- obligaran a la represión que el sistema económico actual necesita para imponerse.
La izquierda dura logra un piso necesario. Podrá construir una base de poder que, en democracia, les permita representar a parte de la sociedad? Es una pregunta a veinte años, pero importa la aceptación de las reglas del juego.
Hoy, el discurso de Alfonsín, que con González Fraga prometía volver al pasado, de Duhalde, que no puede evitar el papelón de haber dicho aquello de "quien depositó dolares recibirá...", de aventureros provinciales como los Saá, aventureros nacionales como Carrió, desnorteados como el Pino, no ofrecen alternativa política seria frente a una gestión que tiene dos o tres líneas de defensa claras y una gestión aceptable, pero mejorable.
Hoy los jóvenes que votan, votarán y vivirán los próximos cuatro años saben que es posible , con compromiso y un mínimo de decencia personal, generar cambios tan estructurales que permiten plantearse alguna otra esperanza como proyecto personal.
Es la esperanza individual la que rescata opciones frente al totalitarismo-que vieja palabreja, no ?- de los mercados.
Pero, si la esperanza es individual, la construcción de esperanza colectiva es social, y es un acto político.
Cristina hizo un llamado a la unidad. Personalmente no creo en las posturas de consenso. Creo que las discusiones deben darse entre los sectores sociales que tienen diferentes visiones pero objetivo similar y el 25 % que representan los votos alfonsidhualdistas distan mucho de ser un sector que tenga los mismos intereses que el resto de la sociedad.

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