Pero es una cuestión de gusto.
Las espantosas declaraciones de Miguel del Sel, patroncito de estancia con vocación de político han producido muchas respuestas.
En una nota titulada Educando a Miguel, la Dra Mónica Gogna , socióloga investigadora del CONICET escribe :
"Estar embarazada, a veces, libra a algunas chicas de los abusos sexuales de algún pariente o conocido. Y sí, la vida es dura para muchas. Pero la mayoría de las adolescentes madres no han 'planificado' sus embarazos (igual que muchas adultas). (...) Pensaban que no se iban a embarazar (todavía hay mitos que desterrar), no se animaron a pedir el preservativo, lo pidieron pero el compañero se negó, etc. Y cuando tienen su bebé (si no quisieron o pudieron acceder a un aborto clandestino) se sienten felices y generalmente los cuidan y los aman.
Recapitulando, la relación entre embarazo en la adolescencia y pobreza existe pero es inversa a la que el Sr Del Sel propone. Una joven no se embaraza para recibir la asignación por hijo. Reciben una asignación por hijo las adolescentes que se embarazan. Y se embarazan mayoritariamente las adolescentes con menores niveles educativos, las que viven en viviendas precarias, las que trabajan en mayor medida que sus pares de otros sectores sociales. Las adolescentes de clase media, las que tienen intenciones de seguir estudiando o pueden acceder a un buen empleo, esas no se embarazan. O abortan sin riesgos. Siempre ha sido así, con o sin asignación por hijo. ¿Se entiende ahora, Miguel?"
La nota completa , acá .
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