1- La creación de un ente gubernamentalizado como autoridad de aplicación (ENaCom), en el que el presidente dispone de mayoría propia y en el que puede decidir la remoción de su directorio “sin expresión de causa”.
2- La invención y eliminación del Ministerio de Comunicaciones en los dos primeros años de gestión.
3- La prórroga de licencias audiovisuales que en los hechos obtura la competencia porque paraliza la realización de concursos.
4- La eliminación de límites a la concentración en la tv por cable.
5- El respaldo a la expansión del Grupo Clarín en telecomunicaciones mediante la fusión entre Cablevisión y Telecom (la mayor concentración en la historia del sector, cuyo antecedente fue la fusión entre Cablevisión y Multicanal de diciembre de 2007).
6- El bloqueo de la competencia en las redes de fibra óptica por 15 años -una medida que hace ya una década fue descartada como anticoncurrencial en Europa.
7- La autorización de transferencias de licencias sin control estatal previo (lo que derivó en conflictos en algunas emisoras que, dada la falta de control, quedaron en el limbo durante lapsos largos, como Radio América).
8- El desmantelamiento de la definición de eventos de interés general para garantizar el derecho social a acceder sin arancelamiento a contenidos relevantes en medios audiovisuales.
9- La eliminación de la representación de la sociedad civil y de las provincias en la definición de estrategias.
10- La continuidad en la discriminación de señales de tv oficialistas a la hora de obligar a su inclusión por parte de los cableoperadores y en la tv digital abierta.
Acá
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