El odio .
El malestar con la libertad del otro.
La Ley y el Orden como ejes discursivos .
La Corrupción que estigmatiza como arma de ataque.
La Ridiculización que degrada al político; o al militante.
Ruptura de normas de discusión en los programas políticos que se transforman en fusilamientos públicos.
La voz de los odiadores . Trump . Bolsonaro . Olmedo ? Lilita. Pichetto acá en estas pampas.
Un Macri que habla de demasiadas universidades.
Hoy tenemos una hegemonía de los autoritarios.
Los que odian son los sujetos que apoyaron silenciosamente a las dictaduras.
O sus herederos.
¿Porqué no hablaban desde 1983 ?
Hoy, 35 años después , se sienten protagonistas y destilan el veneno. Autoritarismo, violencia , discurso misógino.
Aporofobia y rechazo al inmigrante.
La inteligencia comunicacional del poder global ha sido aprovechar estos sentimientos latentes.
Aquellos sectores a los que la democracia del 83 hizo callar porque su discurso era vergonzante.
Es ahí donde se encuentra el sujeto al que se le anestesia la realidad desde los medios y se le acicatea el odio desde las fake news y las redes .
El sector social que ha sido denostado , combatido y cuestionado en las últimas décadas no ha tenido un discurso que lo representara tanto como éste que se propone.
Del "algo habrán hecho " que justificaba perseguir y desaparecer al "algo pueden hacer" que justifica al nuevo sujeto a perseguir.
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