El grupo A y macri (con minúscula, porque lo icónico es importante) se han llenado la boca durante los últimos largos meses con el discurso de la gestión y la transparencia, y con que el mercado es el perfecto ajustador de los precios. Desde la pretensión campera de Biolcatti hasta la tana-ladri del hombre FIAT Ratazzo, que de Cristiano tiene poco y nada ,baja el discurso “déjennos generar la riqueza que cuando nuestros bolsillos se llenen se derramará, cual dádiva , el excedente”.
Es la misma transparencia que denomina tragedia a lo sucedido en el Golfo de México, donde la BP no hace investigación sobre la calidad ( y el costo) de las válvulas de control de cierre instaladas que fallaron, la misma gestión que no puede justificar 8700 millones de dólares desaparecidos de las infinitas arcas del Pentágono.
La gestión que critica el matenimiento de los encajes y la imposibilidad de ajuste por inflación (mecanismo que se implementó con valores de tres dígitos anuales) y que desfachatadamente intenta lo normal que es presionar políticamente para maximizar beneficios.
El primer mundo que exporta crisis e implementa leyes dignas del Apartheid como en Arizona o trata a viejas como desechos en España, como funcionarios de una republiqueta cualquiera y no supuestos habitantes de un primer mundo ( otra vez con minúscula) culto y superior.
Ahora parece que el 10% de los hogares tendrán aumento en las tarifas del gas y la luz. Obviamente el segmento de mayor consumo.
No es lo mismo que titular que para el 90 % de los hogares se mantendrán los subsidios.
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